martes, 1 de diciembre de 2015

Doctor Who: Heaven Sent


El Doctor ha sido tele-trasportado hasta un misterioso lugar, un castillo donde deberá enfrentarse a sus miedos y confesarse frente a un horrible perseguidor, todo ello solo y mientras aun llora la muerte de su querida Clara Oswald.

Tras el final de nuestra “Chica Imposible”, esta semana toca hablar de uno de esos episodios que mientras los ves no puedes parpadear (y sin Ángeles Llorosos de por medio) y que sabes que marcará un hito en la historia de la serie.

Heaven Sent” es un episodio de 12 sobre 10 en todos los elementos que lo componen, y del que se puede decir que es perfecto sin temor a ser excesivo.

Empecemos por su guión, en el que Steven Moffat nos presenta una idea sencilla en apariencia, el Doctor huyendo de una criatura, pero eso es solo la superficie, el cebo por así decirlo, debajo tenemos un profundo análisis de un rasgo muy concreto del Doctor, su capacidad para tener miedo.


Gracias a este hilo conductor construido a base de las obligadas confesiones del Doctor para acabar con el miedo que le crea su perseguidor conseguimos entender no solo uno de los misterios de la temporada, el Híbrido y su relación con el Doctor, sino hechos importantes en la mitología del personaje, tales como los motivos por los que dejó Gallifrey, aunque como finalmente veremos todo está relacionado entre sí. 

El episodio se sostiene con grandeza sobre lo que no deja de ser un monólogo de casi una hora, donde salvo el ser que hace de perseguidor (del que hablaré luego) todo el peso cae sobre los hombros de Peter Capaldi y su enorme actuación, tanto en sus diálogos internos, como en los momentos físicos, ambos construidos con inteligencia y donde ninguna frase o acción es casual y todo encaja a la perfección.


Otro punto importante es el tremendo poder de la ambientación del episodio, con este misterioso y laberíntico castillo, lleno de habitaciones y situaciones que obligan a nuestro héroe a endurecer su mente, en lo referente a esto me encanta el recurso que usa en los momentos de mayor crisis o pánico, volviendo mentalmente a su TARDIS, ese lugar donde se siente seguro y puede dilatar al máximo los segundos hasta encontrar una solución, algo que me recordó fuertemente al “Palacio Mental” que usa Sherlock Holmes en la serie que también lleva la firma de Moffat.

Inteligente la forma en la que se ha usado la figura de la fallecida Clara, y la manera que el Doctor utiliza su imagen como apoyo en el reto que le supone el castillo donde esta encerrado, una melancólica manera de no olvidarla y sobreponerse a su dramática y reciente perdida. Me han encantado los juegos con las pizarras y su imagen de espaldas, recursos que culminan con su breve y revelador encuentro en el momento más difícil.

Aunque el episodio se sostiene perfectamente con la soledad del protagonista, que acentúa las inquietantes sensaciones del lugar y sirve como recordatorio constante de los días que le esperan al Doctor sin su companion, es un acierto el haber añadido la figura del perseguidor (nombrada en los créditos como el Velo) que cumple su misión en el episodio, un ser de aspecto entre fantasmal y monstruoso, ansioso por saber que esconde el Doctor en su memoria.


Todos estos elementos son los que nos van conduciendo por el verdadero misterio de quien ha puesto a nuestro Señor del Tiempo en este lugar, lugar que también es un misterio en si mismo, del que casi a la vez que el protagonista descubrimos lo que encierra.

La idea de un bucle temporal no es nueva, y el género de la Ciencia Ficción, y concretamente en materia de viajes en el tiempo, la ha explorado cientos de veces, desde películas tan populares como “Atrapado en el Tiempo” o episodios de series como “Fringe”, “Expediente X”, “Star Trek, “Buffy Caza-vampiros”... Y dentro de la historia whovian tenemos episodios como “Meglos”, “The Claws of Axos” o “The Wedding of Sarah Jane Smith” en “The Sarah Jane Adventures” y “Kiss, Kiss, Bang, Bang” en “Torchwood”.

Si es cierto que el uso de este recurso en “Heaven Sent” esta amparado en la máquina tele-transportadora, dándole una base al recurso y revelando el cruel castigo en el que alguien debe morir con tremendo dolor para poder volver, un castigo que amplia la sensación de estar encerrado en un infierno personal del que solo se puede salir con sacrificio tanto físico como mental, sacrificio perfectamente plasmado en los millones y millones de años que allí pasa viendo cambiar las estrellas y esa real, dolorosa y casi infinita ruptura del muro.


No puedo seguir esta reseña sin valorar el increíble trabajo musical del episodio, donde Murray Gold se marca la que es sin duda la mejor partitura que he oído desde que empezó su trabajo en 2005. Ya desde el inicio el score nos acompaña perfectamente, amplificando todo lo que vemos y escuchamos a medida que avanza la historia, usando para ello un corte más clásico, más emotivo y menos “típico de la serie”, aunque el uso de sintetizadores y giros musicales habituales también están perfectamente integrados sobre todo en escenas como la del Doctor examinando el cuadro de Clara, dentro de la TARDIS o en los momentos de más acción. 

También hay que mencionar el gran uso de una nueva versión de This Time There's Three Of Us, el tema de The Day of the Doctor que suena cuando el Doctor de la Guerra, el Décimo Doctor y el Undécimo Doctor deciden que no quemarán Gallifrey, sino que lo salvarán en un universo de bolsillo congelado en un solo momento del tiempo, y que ahora acompaña a la escena en la que se ve como el Duodécimo Doctor va rompiendo el muro de Azbantium durante millones de años, reiniciándose a sí mismo una y otra vez cada vez que el Velo le atrapaba.


Y tras esos 55 minutos increíbles llegamos a la recompensa final, no solo para el Doctor, sino también para los espectadores, un desierto que se nos presenta como escape al Infierno en bucle del Doctor, un lugar que resulta ser en si mismo el Disco de Confesión que vimos al inicio de la temporada (primer misterios de la temporada resuelto) y que es entrada para el lugar que llevamos buscando desde hace tiempo.


La imagen de Gallifrey en todo su esplendor es increíble y nos deja sin espacio para más sorpresas, pero es entonces cuando se nos golpea con otro cliffhanger, mucho más grande, importante e imposible y que queda resumido en una única frase que sale de los labios de aquel que huyo de su planeta robando una TARDIS, y que ahora sabemos porque...
“La profecía estaba mal. El Híbrido no es mitad Dalek, nada es mitad Dalek, los Daleks nunca lo permitirían. El Híbrido destinado a conquistar Gallifrey y erguirse en sus ruinas... Soy yo.”


¿Será esto cierto? En una semana bajaremos al Infierno y tendremos la respuesta.

Review de Iván D.


Banda sonora de Murray Gold
Interpretada por The BBC National Orchestra Of Wales
18 temas, 48 minutos

01 - It Will Follow
02 - I'm Coming to Find You
03 - Castle
04 - The Veil/Shifting Castle
05 - Clara Portrait/Veiled Nightmare Creature
06 - Inside the Doctor's Mind
07 - Sea of Skulls/All About Fear
08 - Found
09 - The Creature Leaves/Digging
10 - Tell No Lies
11 - I Confess/Shifting Castle/Search for Room 12
12 - Finding Room 12/Who's Been Messing with the Stars?
13 - The Hybrid Confession/Room 12/Home
14 - Why Always Me?
15 - Can't I Just Lose?
16 - No More Confessions
17 - Billions of Years Escaping (This Time There's Three Of Us)
18 - The Hybrid to Rule Gallifrey

Incluye otras 5 portadas alternativas


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